Las fiestas nos han pasado factura, en todos los sentidos, y llega la hora de retomar nuestras rutinas. Después de haberte maquillado un poquito más de lo normal, es momento de ver qué puedes estar haciendo mal para que tu piel se esté tan resentida.
Es normal cometer errores en nuestra rutina diaria de cuidado de piel, muchos son los factores que nos pueden llevar a equívoco. Ya sea por desconocimiento, por desinterés o por falta de tiempo. Sea cual sea el motivo, hoy te los exponemos todos para que te des cuenta y puedas ponerle remedio.
No hidratar la piel lo suficiente
No solo se trata de usar productos específicos para ese fin, además, hay que hidratarla desde dentro. Beber mucha agua y seguir una dieta equilibrada te ayudará tener una piel más sana y luminosa.
No usar los productos adecuados para tu tipo de piel
Conocer nuestra piel y sus necesidades es esencial para escoger los cosméticos adecuados. Es mejor realizar un buen trabajo de investigación para dar con los productos perfecto para ti antes que creer todo lo que dicen en los anuncios o en los foros.
El orden de los productos importa
A veces no tenemos muy claro el orden a seguir para conseguir buenos resultados. Por si estás un poco despistada, aquí te dejamos cómo debes aplicarte tus cosméticos:
Mañana: limpieza, sérum o tratamiento, contorno de ojos, hidratación, y al final protector solar.
Noche: limpieza, sérum o tratamiento, contorno de ojos, hidratación.
Saltarse la limpieza facial
Es el primer paso de la rutina y el más esencial. Hay que limpiar la cara a diario, mañana y noche, con productos adecuados y preferiblemente usando una toalla exclusivamente para ella.
Aplicar mucha cantidad de producto
Puede saturar la piel y ocasionar acné cosmético por oclusión de los poros. La cantidad justa depende de cada producto. Pero, en líneas generales, el tamaño de un guisante será suficiente para todo el rostro, y el tamaño de un grano de arroz para el contorno de los ojos.
Olvidarnos del protector solar en invierno
En invierno, también estamos expuestos a los rayos ultravioletas, no tan intensamente como en verano, pero sí lo suficiente como para que nos tengamos que proteger.
Falta de constancia
Llegas agotada a la noche, no tienes ganas de nada más que de meterte en la cama a leer un poco, ver la serie que te tiene enganchada o, simplemente, dormir, pero antes de darte esos placeres, es imprescindible que hagas tu rutina de cuidado de la piel. Piensa que los resultados son el resultado del trabajo diario. ¡Ánimo! No estás sola.
No tener en cuenta el cuello y el escote
El cuello suele sufrir arrugas y flacidez y el escote manchas por el sol. Deberíamos cuidarlos a diario, igual que cuidamos la piel del rostro: limpieza, hidratación y protección solar.
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